Sobre la forma de entender mi universo. El sentido de una pintura o de un artefacto visual es intrínseco a la imagen, colores y estilo. Si solo fuese contenido escribiríamos un texto con el sentido. El verdadero sentido de un cuadro está inextricablemente unido a la imagen, de la que es inseparable. Por ejemplo, el estilo de Van gogh es inseparable de sus escenas ya que eso no se puede traducir por completo a otro idioma.
Para mi, el peso del significado artístico no recae en la representación, sino en la expresión. Y la expresión es el vehículo del valor estético. Las obras de arte expresan cosas, incluso el arte abstracto.
Me parece que el sentimiento no tiene vida propia: se encuentra en las notas, los pigmentos y las palabras, y los intentos de extraerlo y capturarlo en una descripción parecen torpes e insuficientes al lado de la obra. La expresión no opera con conceptos, sino con las intuiciones, experiencias particulares que se transmiten mediante la comunicación de su singularidad. Dos pinturas pueden representar una misma cosa; pero no pueden expresar lo mismo porque una obra expresa una intuición sólo mediante la presentación de su carácter individual, el carácter que exige precisamente esas palabras o precisamente esas imágenes para su difusión.
Eso es lo que encontramos en el expresionismo visual: la comunicación de experiencias individuales de una forma singular que identifica su individualidad. Por eso la expresión artística es tan valiosa: porque nos presenta la singularidad no conceptualizada de su temática.
Rechazo la distinción fondo y forma, por irreal.